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de Cantalicio.Cap.1 3: Tay “vez ¿mn Cardenal en Roma, que tenia Brans des dolores de gora en los pies, le dixc: d Nula rrifíimo, ojala yo pudiera tomar parta mi tus. dolores, y dexarte áti mi falud : Que de bue- na gana huziera contigo el trueque! Otra vez oyendo, que á un hombre que avia cometida unatroz delito, le aguardava un caftigo gray vecorrefpondiente á el, dixo á(ucompañercz Ay demi! Porque no me juntan con aquel rable, para que lehaga compañia en la pes na? No quificra yo aver cometido el delitoz mas los tormentos que pot el le ha de dar la julticia, recibieralos com muchiffimo guñto, ' En nuetro Convento de Roma, aviendo de imponeríe una penitencia publica ¿un Reliz" ioío poraverincurrido en alguna folra, que Ja merecia, Ó que el Prelado queria que la me. ma 5 para mortificaric: el fanto varon nof podiendo reprimir en íu animo las anfias de padecer, falió en medio del Reficorio, y po=' niendofe de rodillas, pidió al Superior, que le hizicfíTe complice del Religiofo en la peniten=:. ciaque penfava imponerle: juzgando que fe” c Alíviaria la pena á lu hermano en fiendoco- ' AUN 944 > De que claramente fe infiere, queclta per<? . n. 5 ASS Doa dciencia del fiervode Dios no pro: Sedia tanto de la virtud, de la humildad, que-

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