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pom DE LOS HEBREOS. 261 truyese el templo , las puer- tas de él se abrian por sí mis- mas. Por eso decia el Rabino Focanan : ¿Templo de Dios, por qué te destruyes á tí mis- mo? Yo sé que dice Zachárías en el cap. 9.: Abre, 0 Líba- no, abre tus puertas. “Así tam- bien, ambos Talmudes, Gero- solimitano y Babilónico , dis cen : que. | tes que se destruyese el templo fal- táron los milagros ,lo que va- ticinó David. diciendo : Vo: ve= mos nuestros milagros , y ya no Profeta. Los milagros eran lentes: os Jamas olian- mal Lali carnes de los Sacrificios. Segundo : Jamas abortaban las mugeres. en los partos. Tercesw . ro Enel dia del perdon ,nin- gun accidente «desgraciado, sus. eediaá 4 los Sacerdotes. Di 3

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