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"¿DE LOS HEBREOS. 231 mo, pues entrambos se dirigen á un mismo fin; porque el gui- sar el cabrito de este modo , no es otro que encantos y supers- ticiosa idolatría. Ya el Maimo- nidé, en suMosé Nebuchim en- a), que los Idólatras de aquel los tiempos comian la car- ne del macho cabrío por sus grandes supersticiones. No es, pues , maravilla , que en obse- quio de los Dem onios- uisie— ran tambien . -Cca- brito guisado con la leche de su madre. Si esto no fuese así, - Dios nuestro Señor no repetiria tantas veces este precepto , co- mo lo hace dos veces en el Le-: vítico (5) , y una en el Deu- teronomio (c). Con que es señal: evidente que este rito es má-: EE b) Cap. 23: y 24. (e) Cap. 14. | P4