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1 Ten compasion y piedad de tu Dios, que muy rendido con el peso ya ha caido de tu crecida maldad. OFRECIMIENTO. Coso grave es, ó Jesus de mis ojos, el peso de mis culpas! Cuán enorme la gravedad de mis malda— des, pues ha inclinado á tierra su carga á vuestra Omnipotente Ma-— gestad ! Qué efectos tan malos ha= brán causado en mi alma mis cul= pas, cuando tanta impresion hicie— ron en vuestro Santísimo Cuerpo! Pídoos , Dios mio, me deis á co- nocer la gravedad de mis pecados, para que amargamente los llore , y con lágrimas merezca vuestra gracia, con la cual llegue á la eterna gloria. Amen.