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33 AMI VASCÓ flamencos, españoles, húngaros, alemanes, italianos, indios, etc., sujetos al cetro del emperador Carlos V de Alemania; proposi- ción disparatadiísima que nadie osará ad- mitir, pues, entonces como ahora, la pa- tria del español era España, la del fla-= menco Flandes, la del húngaro Hungría, la del alemán Alemania y la del italiano Italia. ¿Y qué me decís de los que identifican la patria con el Estado? 200 hacen de la patria una cosa ficticia, convencional, pa- sajera, indigna por todos títulos del amor y de los sacrificios del patriota. El andaluz, por ejemplo, que ahora se dice español y ama a España con delirio y pierde gus- toso la vida por defenderla, debería acla- mar al Japón por su patria el día que Andalucía «cayese bajo el poder de aquel Estado Y si mañana aparece un segundo Napoleón que una media España a la Co- rona de Francia, la patria del burgalés ya no será España, sino Francia, y fran- ceses habrán de ser los que en mil ocasio= nes guerrearon contra sus vecinos de allende el Pirineo. * ¿Cuál es la patria del hombre cuyos pa- dres son de distintas nacionalidades: el padre vasco, v. g., y la madre inglesa? Este individuo poseerá, en general, por

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