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Serafico. 63 escoba y cesta, para limpiarlas cascaras. El Cocinero ( aunque sea nuevo) no ne= cesita pedir licencia, para levantarse de la mesa, á traer la comida 4 los que en= traren, despues de estar comiendo la Comunidad, 6.4 suplir alguna otra coW sa. En acabando de comer, se levanta= rá, sin detenerse á dar gracias con la Comunidad. Sobre todo se encarga al Cocinero la limpieza y curiosidad, pues si todas nuestras oficinas piden limpie za, esta mas que todas; porque sino trata las cosas: que se han de comer, con aseo y curiosidad, quién las podrá llegará la boca? sea muy limpio en su persona, de suerte, que ño «parezca lo que es: lavese el Habito'4 menudo, y las manos muchas veces: El esméro ea este particulares muy recomendable, y preciso en quien maneja lo: que se ha de comer. La humildad sobre la curiosidad, es tambien muy necesaria en el Cocines ro. No debe presumir tanto de su ha. bilidad , que quiera siempre gobernarse por su dictamen : pregunte 4 los ans cianos , que hayan tenido la oficina, to+ me su consejo, y no errará. 9 Una, y otra vez se encarga el cuidado en componer bien: la comida; y