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386 Ceremonial va á visitar 4 algun Grande de España, primer Ministro, Cardenal , Arzobispo, ú Obispo ; pues aunque justisimamente está dispuesto , que el uno no pierda, de vista al otro, por los inconvenien= tes , que puede haber , cesan todos en los casos dichos. Fuera de estos casos, debe entrar. siempre el compañero , y estar á su vista; y aun quando va á confesar á algun enfermó ( si fuese mu- ger ) procurará el Confesor dejar la puerta entre abierta , ni cerrará del to= do la cortina, dejando siempre la en- trada franca, para que no engendre la menor sospecha. El que va á visita, no ha de tomar al dueño- de la casa la mano derecha , sino despues de haber= le instado una, y otra vez. Saludará primero á los dueños de la casa, y des- pues á los que estuvieren con ellos, lo qual hará con la mayor cortesia, y ur- banidad , no mundana, sino religiosa, “No ha de hablar el compañero , parti- cularmente si fuese joven, sino aque- llo preciso; ni mueva conversacion; la qual.ha de ser muy religiosa, y séria, mezclando alguna vez palabras de Dios, que edifiquen. Procuren estar mortifica= dos, sin mirar 4 la cara , si hay muge- res,