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Serafico. er tias mayores , de las que pueden lle- var sus fuerzas. Jamás ha de usar de palabras imfuriosas en la correccion. No les dé en rostro , ni zahyera con los defectos corporales , ni con los de su linage, ó familia , "porque nun= ca ha de afear la: persona , sino los defectos voluntarios de ella. Y si en las palabras ha de guardar tanto mo- do , mucho mas le debe tener en las “obras , sin tocar los Novicios corn la mano, ni de otra fórma , porque este modo de correccion. , nunca ha usado nuestra sagrada Religion Ca- puchina. Las penitencias , que les im= onga , no han de ser ridiculas , nf impertinentes, sino las que edifiquen, y muevan á devocion , y á la mortifi- cacion de sus sentidos y pasiones. La disciplina de nano agena, para probar £ los nuevos , jamás fue admitida de nuestros antiguos Padres, las que ad- mitieron son , la disciplina de mano propia en las espaldas ; los ayunos de pan y agua ; el comer de rodillas 'en tierra , pisarles la boca , vesar log pies 4 los Religiosos ; dejar á la me- sa el vino, la fruta, plato , ó escu- “dilla , llevar en la boca una mordá- a B3 za;