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a o AA 118 SERMON V.EN QUE SE ABRE predican, y dicenla verdad, pero en algunos, que mal dicha! Para decir la verdad fe neceísita fortaleza; para faber decirla , fe neceísita gracia.No [ec ignorala ver- dad ,por que falte quien la diga , fino porque falta quien fepa, Las verdades no amárgan por verdades, fino por mal dichas. La verdad bien dicha , es vir- tud que agrada; la verdad maldicha, es indiícrecion que ofende; porque, quan. do no [ea hija de la ofladia, esparto funefto de laigno. rancia, 24 Elpada penetrante llawo San Pablo á la pala. bra de Dios. Gladium /pi- 6.17, EMS quod ef verbum Dei. y La nobleza de elta arma, depende muchas veces de ler dieftro quien la ma. neja: y la deltreza , confií= te, en medirla con el con- trario. No esarma», para dár muerte al pecador, fino al pecado; y espreciío pro- porcionarla de modo; que ni fea tan corta, que no al. cance, ni tan larga, que las bre, Elto-€5tratar bien ¿la palabra de Dios,como en - 3. Ad feñaba el miímo Apoltol á Thim.2 (us Difcipulos,. Bene trac. Y:15: gantes verbum Dei, Nitan cortá, que no llegue alco- razon,.nj tan larga, que le prive dela vida. Aísienfe= ñaron á predicar los Apof. toles, afsi los Santos, y aísi lo praGticó, y enfeña S.An- tonio.Oigamosle en doslan ces mui diverfos , uno fue y; ,, predicando contra Exceli- p.ep.1o no, perfeguidor de la Igle* fol. 70, fia , otro fugconfolando a 3 ep.84 un Monge atribulado, yafli. fol.62, xido. Predicando á Exceli- no, fe opuío frente a fren- te contra (ufobervia, con. tra lu ofladia , reprehen= diendo publica, y libre- mente fus exceflos, halta que penetrado [u corazon del eco de [us voces,y atras velado con la eficacia de lus razones, cayo poltrada la foberyia del Tirano á las humildes plantas del Ora. dor, Predicando al aflixi. do Monge lo animo , con tanta dulzura,y leinfundio tan noble aliento ¿que le comunicó el Efpirito Divia no, dexandolo tran[portas do en las delicias de laGlo ria. Efta es la verdadera diícrecion, rhetorica,y elos quencia » diltinguir fuge= tos, diftinguir enfermeda- des, hacerle cargo delas complexiones. En uno, y otro lance era el Efpiritu Divino quien hablaba en la lengua de San Antonio: en el primero con voces de fuego, que abralaba; en el 162 In ejus

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