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ds it ¿7 tó 17 amos con tanta freqiencia despreciar á los antiguos, teniendo á nuestros mayores como unos hombres bárbaros y estúpidos , que estuvieron envue.tos por siglos en las tinieblas de la ignorancia como los Egipcios por tres dias , en las que formó Moysés para su castigo y escarmiento. El Frayle estimaba 4 todos, amaba á todos, y con todos trataba con urbanidad y cortesia : él era humilde como la. tier- ra ¿ obediente á toda criatura por amor de Jesu- Christo , y compadecia las debilidades y faquezas de sus próximos , sin insultar á nadie por mas que -apareciese reprensible. Ya no estraño, Señores, que á un hombre de tan extraordinario mérito personal le eligiese Dios nuestro Señor para grandes cosas: teniale adornado como dice la Santa Iglesia en el Oficio de su dia con un espíritu de consejo para enseñar , y con un espíritu de fortaleza para obrar rodas las cosas , por árduas y dificiles que fuesen, y asi llegó 4 executarlas tan grandes ; que: el en- tendimiento mas fecundo no se hubiera atrevido, ni aun a fingirlas. E ds ¿Habeis visto una nubecilla despreciable que apenas da otra idea de sí misma que la de un lige- ro vapor que sube de la tierra y pero que: agitada despues de los vientos se viste de pardas sombras, obscurece todo el Orizonte , y engruesando sus áli- tos ya rompe en horrorosos truenos y ya «hace es- tremecer las gentes con sus relampagos;s y ya inun- da toda la tierra con sus aguas? Pues a este modo aquel. pobre Frayle ¿que dexamos encerrado en su Convento , preparandose con la: oracion, la peni- be , ten”