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Llámasele comunmente siglo de ilustracion , ó de: las luces , y lo será en varios artefactos Ó manu- facturas, que ciertamente se acercan á una muy particular perfeccion ¿ pero en el particular de. que vamos a hablar vive muy en tinieblas : vo= sotros no me comprehendereis hasta despues : en- tre tanto sabed que yo voy á proponer al Grande Lorenzo de Brindis nada mas que como un hijo de S. Francisco , como un pobre Capuchino; diga- moslo de una vez , como un Frayle. Sí señores, este es todo su elogio: El Frayle. | Quiera la Magestad de Dios nuestro Señor que todo ceda á mayor gloria suya y: y utilidad de las almas. Esta es la gracia que os: pedimos por María Santísima , 4 quien devotamente salu= damos con el Ángel : .4ve María. Nada mas freqiiente habrán hallado: quantos hayan leido el Evangelio , que las diferentes ? encontradas opiniones que las gentes formaban de Jesu-Christo, Apenas comenzó á manifestarse en público nuestro amable Redentor , quando * unos le alababan y sublimaban hasta las estrellas , y otros le blasfemaban, y abatian hasta los abismos. ¡Algunos le adoraban como Hijo de Dios, otros le aborrecian como encantador y hechicero : es- tos decian: es Santo; aquellos le publicaban blas- femo. En una parte se oia , él es un hombre bue- ho; en otra. parte se escuchaba , es un impio , es un engañador-, es un hombre malo, Quidam enim Ed a 5 di=