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8 : de esta Provincia de Castilla , y otra por General de toda nuestra Seráfica Congregacion ? Sin duda alguna , Señores , miramos como una obligacion muy estrecha celebrar con distinguidos elogios su memoria. ¿Pero cómo quereis que os le proponga? ¿Creeis acaso que vengo á representarle á vuestra vista Co- mo un hombre de prodigios , un hombre poderoso en obras y palabras, estimado de los Pontífices, amado de los Reyes , temido de los infieles , abor= recido de los Hereges , respetado de Jos Judíos, hecho el asombro y admiracion de los Christia- nos ? ¿Cómo queréis que os le demuestre * ¿Como - un Capitan General que montado en un caballo y puesto al frente del exército de los Christianos der: rota y pone en fuga todo un enjambre de barba- ros? ¿O como un Embaxador diestro que promue- ve con-una prudencia admirable dos intereses de los Príncipes? ¿O como un nuevo Apóstol que habla 0 las" penetra--los-interiores de los hombres , y sujeta á su voluntad los elementos? A =yerdad , todas serian ideas dignas del gran Brindis; pero yo voy á buscarle algun flanco, y por alli he de procurar manifestarle. Mirad qué pensamiento tan extraño. No pretendo - por «esto reformar las ideas que habeis concebido del gran Brindis: ellas son justas, aunque” magníficas y grandes, y por tanto á propósito para no produ- cir mas que una sencilla admiracion. Yo quisiera hacerme mas útil, y preveniros contra una ilusion demasiadamente propagada en el presente siglo.