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verdad que su corazón está aguijoneado y despedazado con los remordimientos rabiosos de su conciencia. Es verdad que ellos se nos presentan con una tranquilidad exterior, seguramente animosa, valiente, burlándose de la timidez, aun temblor con que los virtuosos obran su salud, re= eelándose de sus acciones aun las mas santas. Pero lo cier- to es (por confesion de ellos) que cuando mas embeles sados están en el desahogo y satisfaccion de las pasiones y sentidos, escuchan en su alma una voz triste que con una fuerza inrresistible les dice: mira que obras mal, que pecas. Incomodados con ella vuelven con mayor empeño á entregarse á sus relajaciones, trabajan por salirse de si mismos , engolfurse en sus disipaciones viciosas , para no volver á oir aquella voz tan afligidora; mas apesar de to- das sus criminales industrias , el espantoso grito de su con= ciencia les sorprende cuando menos piensan, les clama! que obras mal, que te pierdes. No mos cansemos Vs. pa- dres y hermanos: mios, no hay'paz para los impíos! el Espíritu Santo lo dice. Su paz es fingida, aparente falsa. Esta paz es la que reina en las Comunidades, con- cluye el P. S. Bernardo, donde «se toleran las transgre= siones , los abusos, las inobservancias y sin aplicar los pre- lados. el. remedio pronto , eficaz, oportuno, disculpándo- se con que no conviene alterar los ánimos de los poco su= fridos, afligir á los tímidos, y exásperar á los exáltados; que estas consideraciones les obligan 4 mantener la paz, pero ¡ay! que esta paz:es, dice el P. S. Bernardo, la que destruye y arruina la disciplina regular , introduce la cor- rupcion-, y con ella: todos los males; porque no repren- diendo y aun castigando oportuna y prudentemente las trans= gresiones, aunque leves, de la seráfica regla y santas COns= titucionesy lo que hoy es un defecto de unos pocos, ma-= ñana es general, y á poco ya es inrremediable. Y si entra un Prelado celoso y observante , y quiere (como debe ) re= mediar aquellos abusos y relajaciones , Ó no puede, ó si de- puesto todo respeto se empeña; ¡Ay! qué resistencias , qué

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