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tan grandes ejemplares? ¡Ojala les hu- bieras conocido para que les imitases! Brillarian en tí sus afables y benéficas virtudes como la Corona que te espera: lo mas que puede desear la España es una Reyna que se parezca á la Reyna Madre. : s | eS - ¡Qué ejemplos de piedad no dieron á la España! De una piedad, en la que se velan todas las señales de sus cora- zones ; fueron sencillos , humildes , exac- tos , regulares , heróicos , nobles , docilísi- mos á los misterios de nuestra santa fe: sus talentos grandes se ceñian á sus obli- gaciones ; respetaban la nube con que siempre está cubierto el Santuario; las santas tinieblas de la Religion confirma- ban su sumisión, y aseguraban. su fe; jamás se vieron en ellos aquellas osten- taciones indecentes , aquellas vulgares de- monstraciones de la incredulidad , que se persuade , á que cuando de todo duda, todo lo sabe, que se precia del naufrá- gio de la fe, por hallar seguridad en la relajacion; y que ni aun sabe lo que se debe creer para dudar. -—— Desengañados de estos errores veíam con un vivo: dolor las tristes disensiones, que en estos dias de inquietud y confu- sion se levantaron en el «seno de la Es- : paña: