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XXVI vivieron persuadidos á que solamente eran Grandes los que eran sincéros, verídi- cos, reales. | : Por eso Carlos mu,,, atraído! mas de la sencillez y del candor natural, que del fausto: de los respetos , iba Bas dd veces á descansar de las adulaciones con los - Príncipes de Asturias ; allí su Corte mu- daba de semblante , la falsedad se des- terraba , presidia la verdad », y el puro y sincéro amor entraba en la posesion de todos sus derechos. o E > - Este Príncipe que habia ensalzado la gloria de la Monarquia, mas que nin- guno de sus predecesores , vió tambien crecer el amor y la adhesion 4 su Au- gusta Persona , de los Príncipes de As= turias , al paso: que se aumentaban “sus años, sus ajes, y su vegez. ¿Os acorda. ré yo aquellos dias de luto , er que cor- tado el hilo de su vida, desapareció de entre nosotros? La» - España. perdió un Rey , que siempre será mayor en «nues= tros corazones... que en nuestros anales; y pero los Reyes Padres perdieron un ami- go , y si estos son raros en la tierra, mas raros son en el Trono; su dolor fué igual á:su pérdida, y la Córte,¿á la que Car= nos Henaba con sola su gloria y Mages- tad , no les pareció mas que una triste <a sole-

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