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XX | ian á que estabais suficientemen- tebaridos, con sacrificar 'á su querer vuestros cuidados y afanes? ¿Os miraban como víctimas sacrificadas al. genio, y á los antojos de sus dueños? ¿Conociais yuestra dependencia mas que por el cui- dado que se tomaban de haececrosla mas dulce? ¿Al mismo tiempo que. cum pliais con las obligaciones de su servicio, po- diais satisfacer al amor que les tentais? ¿No pasaba vuestro corazon aun mas allá de vuestras obligaciones? ¿ Mienntras les servyisteis , tubisteis otro sentimiento que el temor de perderles, y el dolor de haberles perdido? Pero. la abundancia de - yuestras lágrimas, si os hallarais presen- tes á esta Oracion fúnebre , responderia por vosotros, y serviria con mas viveza á su elogio y al vuestro, que mis débi- 2 expresiones. - Si Señores, los Reyes Padres no pa- recian árbitros de su familia numerosa, sino unos Padres afables y benéficos ; des- nudos siempre de su grandeza , sin €s- tarlo jamás de su dignidad , procuraban informarse por menor de los. trabajos , y necesidades de sus domesticos : la eleva- cion regularmente, ó es áspera, ó des- cuidada , y parece que basta haber na- cido feliz para no ser compasivo; pero =a los A E