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XIX mas rara entre los Grandes , que las vir- “tudes domesticas, porque la vida priva- da es siempre el punto menos favorable de su fama : en lo exterior, la clase, los respetos , y la atencion del público que los rodea, los defiende , por decirlo así, contra sí mismos : son como un espectá- culo particular que se representa , y nunca son vistos como «son en la realidad. En el recinto de sus palacios, encerrados con su genio y su capricho entre un corto número de testigos domesticos, y acos- tumbradosá verlos, se desvanece la idea del personage, el hombre ocupa su pues- lo , y se manifiesta como en la reali- dad es. Pero aquí bien podemos «correr . el Ja , y entrar. sin. temor. en este domes- tico. secreto, en donde la mayor parte de los Grandes deja de.ser lo que pa- rece. lia vida privada é interior de los Reyes Padres es tan grande y tan. res- petable, como la que se manifiesta á: da vista “del público. - - Hablad vosotros, fieles: y afligidos tes- tigos , de la afabilidad., agrado é-igual- dad de tan buenos Señores : ¿tubisteis jamás que padecer por su clase ,ó «por su genio? ¡Qué aprecio no hacian! del zelo que manifestabais en «su servicio! ¿Se per-