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XVI de: misericordia á su hijo predilecto : y á la verdad, ¿qué les quedaba que de- sear para él mas que la gloria de los Santos? 1 SiN 2,8 Y 2UICUBTI 0 « . Una Princesa virtuosa le habia hecho yá Padre de un fruto malogrado : veían los Reyes Padres á los hijos de sus hi- jos , destinados á ser la seguridad de los estados ,:. la defensa de los Tronos; .€l baluarte de los Santuarios: á unas 'rincesas que reynaban en las mas lu- eidas Córtes de la Europa : veían que por medio de la política y habilidad de un sabio Ministro, el. inmortal «Aranda, - á quien las mismas dificultades servian de arbitrios, se conservaba. para el esta- do el fruto de nuestras pérdidas- y -vic= torias ; velan 4: Napoles que nos regala. ba, y recibia tambien de nosotros las pre= ciosas prendas de una union etérna ; veían apagado por. medio de estas sagradas alián- zasel fuego , que al, parecer estaba pro- ximo 4 encenderse,y lá sangre Real reu pida en $u principio,.y vieron por fim la! cororía mas gr nde , mas riea> y. mas preciosa de todo el universo , puesta so= bre la cabeza de su sobrina catnal. ¡Ó Dios mio! De este modo disponen los sus: - cesos. los profundos. juicios de. vuestra sás biduría , y aun cuando parece que yán' ANA A y