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XI blemos sin figura, Fernando el deseado pondrá el colmo á nuestra gloria. Este es el destino de la España, ó por me- jor decir, este es el modo con «que en todos tiempos ha procedido Dios con una nacion á:quien ama, haciendo siem» pre que nuestras desgracias sean pronos» tico infaltable de nuéstra nuést grandeza, y nuestra elevacion. — + SO ÍA Los Reyes Padres se pa d la España en pra mas felices dias del pen- ultimo «reynado. Regúlarmente la liber- feel cn inge parable de las prosperidades; os beneficios de Dios parece que nos son dañosos; volvemos contra él sus propios dones , y los dias de sus favores casi siempre son los de nuestros: delitos. En- tre tantos y. tan poderosos que: el exemplo decide de las obligacio- nes , los Reyes por quien.rogamos, siem- pre permanecieron ¿fieles , y Dios que acababa de sacarles de un estado. peli- groso, conservó la obra de su gracia; el beneficio de .una eleccion: singular les distinguió como á Jacob desde el vientre de sus Madres, para ser llamados:4: su herencia predilecta, á nuestra Real Ca- sa, cuyas máximas y principios han sis do en todo tiempo «el camino mas segu- ro de la: gloria.. Vuestras. misericordias ¡ó