BCCPAM0001138-1-2900000000000

82 EJERCICIOS ESPIRITUALES. eternidad! Justo es, debido es que mi corazon, mi vo- luntad y mi alma se empleen en amar vuestra bondad y agradecer vuestras eternas misericordias. Dadme , Se- for, vuestra gracia para que yo haga eficaces mis reso- Inciones, PLÁTICA SOBRE EL VOTO DE OBEDIENCIA. —y Omnmis anima potestatibus sublimioribus subdila sit. Cap. 13. y, L. de Ep. Paul. ad Rom. No ignorais, venerables religiosas, que la desobe- diencia fué el primer pecado que se cometió en el mundo. Adan fué siempre felíz mientras fué obediente; pero en el momento mismo en que se apartó del suave yugo del precepto del Señor, fué un desoraciado que arrastró á sí mismo y á su triste posteridad á la mayor miseria. To-= dos cuantos desórdenes se han cometido en el mundo desde su principio, y cuantos se cometerán en él hasta el fin y consumacion de los siglos, podemos ciertamente llamar pecados de inobediencia. porque todos contradicen y $9 oponen á la voluntad de Dios. La obediencia ex el mayor sacrificio que podemos ofrecer al Señor. Por la po- breza nos desprendemos de las riquezas de la tierra, de que algunos filósofos se desprendieron voluntariamente por librarse de sus embarazos y enojosas inquietudes: por la castidad le ofrecemos nuestro cuerpo, cuyos impetuo- sos apetitos avergiienzan innumarables veces la. misina haz de la razon; pero por la obediencia le sacrificamos lo nas precioso de nuestra alma, que es su independencia, su libertad, su juicio, y todo su querer. Virtud admira-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz