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80 EJERCICIOS ESPIRITUALES. con buenos ejemplos mantener el buen nombre de vues- tra comunidad, y aumentar sus virtudes? ¿O destruis la observancia con vuestro mal ejemplo?... Reflesionad mu- cho sobre ésto, y cuartos particulares abraza la caridad de Dios y de los prójimos. MEDITACIÓN SEGUNDA. Que hemos de amar a Dios porque El nos ama desde la etermdad, Considera, alma mia, y asómbrate al entender que Dios no solo te amó porque le amabas , sino que te amó antes que tavieras ser: te amó desde su misma eterni- dad. No fué su amor paga de tu amor: El te amó pri- mero, y su misericordia eterna durará por todos los si- glos. Amemos á Dios, decia el Evangelista San Juan, porque El nos amó primero, y nos amó, dice David, des- de la misma eternidad. ¿Qué vió en tí, alma mia, el Se- ñor, para que desde entónces:te amase, no siendo tú entónces, ni teniendo vida ni existencia? ¡Pero ay! No espera Dios á hacer las cosas para verlas, ni aguarda á que obren bien ó mal para conocerlas: las criaturas no dan ni pueden dar á Dios el conocimiento: El le tiene en sí mismo: El las ve siempre en sí mismo. No puede ha- ber novedad ni accidente en Dios; esto seria una grande imperfección en quien es la misma perfeccion por esen- cia. Cuando veas tú, alma mia, alguna cosa nueva so- bre la tierra, no pienses que entónces tiene el Omnipo- tente una nueva voluntad, ni que entónces solamente quiere aquello: sube con el pensamiento á aquella anti- quísima disposicion suya, y hallarás desde Ja eternidad ordenadas todas las cosas. Nuevas son ellas á nuestros ojos y eternas á los suyos: desde antes de todos los siglos vió y conoció perfectaménte las miserias de nuestra cul- pa, y aunque por ella éramos merecedores de condena- cion , se compadeció de nosotros, nos amó, y quiso sal-
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