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DIA SEGUNUO. 717 y amante incomprensible de las almas! ¿Cómo tú, ¡oh co- razon mio! note ablandas, no te enciendes, no te partes, no te abrasas en su divino amor? Si las piedras insensi- bles se quebrantaron á la vista de un Dios hombre, que padecia por amor del hombre, ¿cómo tú tan lleno de sensibilidad para otros objetos tan poco dignos de tu amor, permaneces mas duro é insensible que las piedras? ¿Cómo no aprendes de los peñascos el arte de amar á su mismo Criador? ¿Dudas que te ama? Testigos son los Sa- cramentos de su Iglesia, testigo es su Evangelio, testi- gos sus milagros, sus profecías, sus predicaciones, sus obras, sus palabras, y la magnífica y estupenda obra del establecimiento de su santa religion. ¿Dudas todavía? El se te dá en comida y en bebida en el Santísimo y adorable Sacramento del altar. El entra en tu pecho, se sienta sobre tu mismo corazon, y por tua amor te dá su cuerpo,.su alma, su divinidad, su omnipotencia, su justicia, su bondad, su hermosura, su eternidad y su inmensidad : te dá todo lo que es, Dios Trino en Perso- nas y Uno en esencia. ¡Oh Dios, oh Dios de amor! ¡Oh amor de un Dios para quien tan poco lo merece! ¡Oh cuán bueno eres, Dios de Israel, con nosotros los hom- bres miserables! Mi alma se espanta , se llena de asom- bro, y no encuentra palabras para explicarse. Pero si mi lengua calla, hablarán mis huesos, y publicarán tus mi- sericordias: hablarán mis ojos, y con perennes y tiernas lágrimas testifisarán mi amor: hablarán mis oidos es- cuchando tus divinas lecciones: hablarán las potencias de mi alma, y todos los afectos 4e mi corazon, que desde este momento quiero emplear en conocer y amar á quien tanto me ama. Mueran para mí desde este instante to- das las cosas criadas, y viva solo en mí él amor del Criador de todas ellas. Sostened, Dios mio, mis resolu- ciones, hacedlas eficaces: con vuestra gracia, para que yo consiga por premio de tu amor, cantar eternamente vuestras misericordias en la gloria,