BCCPAM0001138-1-2900000000000

76 EJERCICIOS ESPIRITUALES. DIA SEGUNDO POR LA TARDE. MEDITACIÓN PRIMERA. Que hemos de amar á Dios, porque El nos ama. Considera, alma mia, que si tantas razones como hay para amar á Dios no son bastantes para que le ames, debe siquierá hacerte arder en vivas llamas de amor el que Dios te tiene. Ninguna cosa provoca inas el amor, que el ser amado. Los hombres mas bárbaros y Crueles aman á quien los ama. ¿Y no amarás tú, alma mia, á un Dios que tanto te ama, y tanto hizo por tí? Los tes- timonios que manifiestan su amor son bien patentes: ¿podrás tú ignorarlos, alma mia? Testigos son los Cielos que llenó de Angeles por tu amor: testigos los vientos poblados de aves por ta amor: testigos los mares habi- tados de peces por tu amor: testigos son todas las tier- ras fecundas en yerbas, frutos y animales por tu amor. ¿Qué dejó de hacer el Señor para manifestarte su amor? ¿Economizó los sacrificios mas dolorosos? ¿Reservó su sangre, su vida, su honra y su muerte? No- alma mia. Tan grande, tan excesivo, tan incomprensible es su amor. Testigos son sus espinas, sus clavos, sus azotes, sus bofetadas, y su cruz: testigos los arroyos de sangre que por tí derramó: testigos sus escarnios, sus oprobios, sus llagas de que se vió cubierto desde los piés á la ca- beza; y testigos son que asombran y llenan de estupor sus deseos de padecer mas por tí, su sed, sus ánsias de sufrir mas por tu amor, ¡Oh Dios infinitamente amable,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz