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56 EJERCICIOS ESPIRITUALES. DIA SEGUNDO. POR LA MAÑANA, MEDITACION PRIMERA. Dios debe ser amado por ser sumamente hermoso. Considera, alma mia, el grande poder que tiene la hermosura corporal, para arrebatar los ojos y la volun- tad. de cuantos atentamente la miran. Ella hace caer á los mas santos como á David: ella arrebata y enloquece á los mas sábios como á Salomon : ella ata y encadena á los mas fuertes como á Sanson: ella apacigua la cólera de los mas irritados como Asuero: ella postra Jos mas sober- bios como Holofernes: por ella arden las ciudades, se trastornan los reinos, y perecen los hombres, como se vió por la hermosura de Dina, de Helena, Cleopatra y otras innumerables. ¡Qué ceguedad, alma mia, tan la- mentable es amar las criaturas racionales, amar la som- bra y no la luz, amar la copia y no el original! ¿Qué son todas las criaturas mas hermosas, sino unas mal for- madas copias de la hermosura infinita del Criador? ¿Qué otra cosa son, sino unas oscurísimas tinieblas, compa- radas con la clarísima luz del Omnipotente? La hermo- sura de las criaturas es pequeña: es transitoria, mo- mentánea, perecedera: por la mañana aparece fresca como la flor del campo, por la tarde se marchita y aca- ba. ¡Oh qué grande es su fealdad á la presencia de aquella hermosura en todo perfecta, siempre eterna, siempre antigua y siempre nueva! ¿Por ventura, no sois vos, Señor, aquel de quien vuestro Profeta David decia, que sois hermoso entre los hijos de los hombres: esto es, '

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