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54 EJERCICIOS ESPIRITUALES. omnes similiter peribitis. El que no haga penitencia, se pierdo infaliblemente. San Pablo, que aprendió bien esta doctrina, no solo la practicaba cuando decía: cas- tigo mi cuerpo, y le reduzoo á la servidumbre; sino que tambien nos dice á todos: si vivís segun la carne, mori- reis eternamente: pero si mortificais el cuerpo con las leyes del espíritu, vivireis para siempre. - ¿Lo babeis oido, vencrables Religiosas? Es menester morir al mundo, y 4 vosotras mismas, hasta poder de- cir eon San Pablo: el mundo está crucificado para mí, y yo para él: vivo yo, más ya no yo,.es Cristo quien vive en mí. Es menester para esto irnos desnudando del vinjo Adan, y de todos sús malos resábios, y vestirnos del muevo, que es eriado segun Diós en justicia y san- tidad de verdad. Es menester negarnos á nosotros mis- mos, tomarla cruz que la divina Providencia nos pre- pare, y caminar con ella hasta el Calvario, para poder despues subir tambien con Cristo desde el monte Olivete al: Cielo; -Es ménester conocernos bien á mosotros mis nos, y las inclinaciones mas vehementes que nos hayan dominado, para lHorar las derrotas que en otros tiempos heriros padecido, luchar endo presente valerosamente con- tra ellas, y precaucionarnos para lo porvenir. Esta mortis ficación interior tios es absolutamente necesaria, y sin ella: nadie consiguió el perdon de sus pecados y la vida cterna. Con ella Hega el alma 4 aquel precioso estado de tranquilidad que es compatible eon las miserias de: la tierra. Aquel estado de vida bienaventarada en que una almano désea, ni quiero, niapetece, ni procura mas, que ol que:se cumpla én ella la voluntad santa y adora ble del Señor. Unida esta mortificacion de los apetitos, doseos y pasiones desordonadas á Ja: mortificacion exterior, diri- gida por un: sábio' y. virtuoso maestro de espíritu , te- niendo presente lá edad, las inclinaciones, la salud, las proporciones yy demás cireunstancias que deben aten- derse, conseguireis cualquiera de vosotras el espíritu de mortificación, que unido al espíritu de caridad para con