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DIA PRIMBRO. 43 el oficio que ejercia de preparar los hombres con su voz y su doctrina á conocer y obedecer á Jesucristo: 290 voz clamantis in deserto: yo soy, dijo, una voz que cláma en la soledad; de la misma suerte vósotrás , imitando gloriosamente la humildad del máyor de los nacidos dé mujer, respondergis: no que sois las esposas del. ¿umo Rey de la gloria, del Príncipe de las eternidades, del Re- dentor del, mundo: no direis por vuestra moderacion, aunque podríais decirlo con verdad, que sois la porcion más selecta de la Iglesia, el templo de la pureza, la ha- bitacion del candor, de la verdad y buena fé; solamente direis, que sois unas Religiosas humildes; pobres, tas- tas y obedientes: esta seria la voz que sáldria de vues- tros cláustros. Y bien, Señoras, ¿habeis reflexionado con la madu- réz que exige un asunto de tanta importancia lo que sig- nifican esas palabras? ¿ Habeis entendido qué quiere de- cir ser una persona religiosa? ¿ Bastará para serló levar el hábito? ¿Será suficiente vivir en clausura, asistir al coro, cantar y rezar las divinas alabanzas, y vivir con subordinacion al superior? No por cierto. Sabeis muy bien que el hábito no hace al monje, ni infunde virtud alguna el color y corte de la toca, del escapulario, de la falda, ni de las demás vestiduras que la acompañan. La subordinacion á los superiores, todos los mortales la tie- nen á las leyes divinas y humanas, que nos intiman y publican: la concurrencia al coro y la clausura, la ob- servan muchos que no abrazaron lá vida monástica. Debe, pues, consistir en otra cosa, como lo estais tocando con todos los sentidos, y eso es lo que pregunto, Pienso, si no me engaño, que la respuesta adecuada se dá diciendo: que consiste en ser religiosa de espíritu, ó tener el espí- ritu de verdadera relisiosa. Y esta es la: grande verdad que vamos á explicar en esta plática, digna ciertamente de vuestras mas devotas atenciones; y mucho mas si. re- flexionais, que pocas veces, ó nunca por desgracia 08 ham explicado en qué consiste este verdadero espiritu