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38 EJERCICIOS ESPIRITUALES. solucion de arrojar del alma la esperanza de conseguir la bienaventuranza: el segundo consiste en la temerária persuasion de que el alma podrá conseguir la gloria sin los auxilios de Dios, ó alcanzar la gracia sin los medios ordenados por Dios. Examinaos, por tanto, venerables Religiosas, ¿si dais gracias á Dios por haberos dado esta apreciabilísima virtud?.... ¿Si omitís por muchos dias el ejercitaros en sus actos?.... ¿Si en las grandes tribu- laciones desconfiais de su poder, de su asistencia, y de su amable proteccion ?.... ¿Si á la vista de vuestras cai- das y miserias perdeis el ánimo, ó confiais demasiado en que sin salir de los peligros, sin apartaros de los riesgos, sin abandonar la tibieza 6 la mala vida, conse- guireis vuestra predestinacion?.... ¡Ay Señoras! Gran- des cosas hemos prometido á Dios, pero mayores son las que Dios nos ha prometido á nosotros. ¿Si no guardamos aquellas, cómo no seremos temerarios en esperar estas? Pensémoslo bien. ¿En el principio de toda obra virtuosa recurrimos á Dios pidiendo los auxilios de su gracia, ó nos persuadimos vanamente que sin ella podremos prac- ticarla?.... ¿Qué hacemos? ¿Cuánto padecemos por ad- quirir el Cielo? ¿Cuánto hacen los del mundo por adqui- rir- las cosas de la tierra? ¿Pero qué no hacen ? ¿Qué viajes penosísimos no emprenden? ¿Qué navegaciones? ¿Qué peligros? Todos nosotros seriamos Santos, si hicié- ramos tanto por Dios, cuanto ellos hacen por el dinero. La caridad es una virtud teológica, con que ama- mos á Dios, y al prójimo por Dios: su exámen abraza no pocas obligaciones, que reservaremos para por la mañana. Mxaminémonos hoy sobre la fé y esperanza, y los vicios que se les oponen, y tratemos sériamente de enmendarnos, :