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DIA DECIMO. 377 rusalem vieron. la estrella que á Dios los conducia, ¿cuánto nos alegraremos nosotros, cuando al salir de este mise- rable mundo veamos debajo de nosotros todas las estrellas del firmamento? Si tanto se regocijó Zaqueo recibiendo en, su casa, á Jesucristo por un breye espacio de tiempo, ¿cuánto nos regocijaremos nosotros estando en la casa de Jesucristo por toda la eternidad? Si San Pedro al ver al Se- ñor transfigurado en el monte Tabor, todo absorto y arre- batado decia: ¡Señor, qué bueno es estarnos aquí'! ¿Cuán absortos y arrébatados quedaremos cuando no solo vea- mos como San Pedro su humanidad resplandeciente por corto tiempo, sino su/alma, su divinidad, y sus infinitas y adorables perfecciones para siempre? ¡Oh, y cómo ex- clamaremos: B2onum est nos hic esse! ¡Qué bueno es estar en el Cielo, gozando todos los bienes! ¡Qué bueno es go- zar en el Cielo todos los bienes perfectamente! ¡Qué bueno es poseer en el Cielo todos los bienes eternamente! Zonum est nos hic esse. Infelices: condenados al fuego eterno, ¿cuánto os ator- menta, la vista del Cielo? ¿Del Cielo donde podíais estar, y que se, erió para vosotros? ¿Del Cielo para cuya consecu- cion Dius os proveyó de tantos medios? ¿Del Cielo de que estais desterrados para siempre, para siempre, para siem- pre? ¿Que haríais si pudiérais conseguirle? ¿Mas qué no haríais para salir del infierno, y entrar. en la gloria? ¿Qué no haríais por cambiar la compañía de los demonios por.la de los Angeles, la de los condenados por la de los Santos, .la de las llamas del abismo por las delicias del Cielo, la de los tormentos por el descanso, la de la turba- cion por la paz, la del aborrecimiento por el amor, la del ódio por la caridad? ¡Oh Dios inmortal! ¿Qué harian aquellas infelices y desyenturadas criaturas por veros en la gloria? Pensadlo, venerables Religiosas, y resolyeos á ser felices eternamente. Ninguna cosa manchada con la culpa entrará en el Cielo.. Purificaos con las lágrimas, el dolor, Ja humildad, la penitencia, la modestia, la pacien- cia, y sereis recibidas en la gloria. La fé merece ver 4

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