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DIA PRIMERO. 23 Enviad desde el cielo, ¡oh espíritu consolador! vues- tras ilustraciones santas, para que conozcamos estas importantisimas verdades, y conociéndolas, las agrá- dezcamos, y agradeciéndolas, las observemos, y obser- vándolas, seamos agradables á vuestros divinos ojos, renovándonos en el espíritu de nuestra vocacion. Ha- cedlo así, Dios mio, por los méritos de la Reina, de los Angeles, de la Emperatriz, de los Serafines, del ampa- ro: de todos los honibres, del modelo ejemplarísimo de todas las Religiosas; con cuyo patrocinio, paso inmie- diatamente á demostrar el provechoso asunto que acabo de proponer. Fracia de vocacion. Aunque es una verdad de fé, venerables Religiosas, que siendo Dios infinitamente sábio , infinitamente per- fecto em todos sus admirables atributos, precisamente habia de ver desde su misma eternidad cuántas criatu- ras produciria su Omnipotencia en todá li datada cár- rera de los siglos, y enáles, segun Tas justas leyes de su Providencia , habian de ser vasos de honor y suntifica- cion, y cuáles serian visos de ira, de ignominia y de pecado: es no menos inmdubitable que además de esta eleécion invisible, que encierra en si todo el pavoroso misterio de la predestinación y reprobacion de las al- mas, hay otras elecciones visibles y exteriores, que son como pronósticos é indicios de la primera. Por esta causa el gran Moisés decia 4 su pueblo Israelítico: 7e elegi! Dominus de cunctis popwlis qui sunt super berram. Entiende, ¡oh Israel! que Dios te ha elegido para pueblo particular suyo, de entre todas las naciones que habi- tan sobre la superficie de la tierra. Estas mismas pala- brás debo yo decir 4 vosotras en: el nombre del Señor. Entended, carisimas, que Dios os ha eligido muy parti- culavmente , pará que seais la porcion mas escogida” y seilalada de su Iglesia, entre todas las gentes que pue- blaw el universo: Ze elegit Dominus. Tendéd la vista por . -