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DIA DECIMO. 361 amor 'no es otra cosa que una natural inclinacion que tenemos al bien, y por este principio cuanto la cosa es mas buena, tanto mas es digna de ser amada. ¿Hay al- guna cosa buena, preciosa, excelente, que no la encnen- tres en Dios con ventajas infinitas? Dilata, pues, los an- churosos senos de tu corazon, y extiende tus deseos cuanto quieras, que: en Dios se saciarán aunque fueran incomparablemente mayores. ll solo es quien te sacó de la dura y oscura cárcel del pecado, y te iluminó con su admirable luz. No puedes vivir sin amor, y es menester que te ames á tí misma, ó alguna otra cosa que no seas tú. En tí no hay cosa buena que' debas amar si Dios no está en tí: fuera de tí, ninguna criatura merece tu amor, y sobre tí no'háy cosa sino: Dios, á.cuya imágen y se- mejanza te formó. El espíritu del hombre nos hace ser hombres, y el espíritu de Cristo nos hace cristianos. ¿Y cuál és el espíritu de Cristo sino el Espiritu Santo? ¿Y qué es el Espiritu Santo sino amor? Este pretende Dios de tí, no tiene necesidad de tus sacrificios, de tus ayunos, penitencias ni limosnas: amor manda, amor pide, amor recibe; y aunque tampoco tenga necesidad de nuestro amor, lo desea, se dá por pagado con él, y nada acepta si cón sa santo amor no vá esmaltado. Admiírate, alma mia, de tal bondad, y exclama abrasada en su dulce y ardiente dileccion: ¡Oh amable Jesús! ¡Oh bondad infini- ta! haz que arda mi corazon con la lumbre de estas ver- dades que ilustran mi entendimiento. Conozco, Señor, con cuán abrasada caridad te debo amar, pero soy tibia, fria. helada para amarte. Soy toda tuya por deuda y obli- gacion, haz que tambien lo sea con voluntad y por amor. No quiero desde este momento pensar en otra cosa que en Dios, desear otra cosa que á Dios, esperar otra cosa que Dios, hablar de otra cosá que de Dios, dirigir los senti- dos de mi cuerpo y las potencias de mi alma á otro 0b- jeto que á Dios: Dios es todas las cosas para mi, yo toda para Dios. Delante de tí está, Señor, mi corazon, y Sus- pira por porierse en tus manos: no lo puede hacer por sí