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360 EJERCICIOS ESPIRITUALES. DIA DÉCIMO POR LA TARDE. MEDITACION PRIMERA. Del fin del verdadero amor de Dios. Considera, alma mia, que aunque el fin eslo postrero de toda obra, siempre es lo primero en la intencion del que la hace, y como el Apóstol San Pablo enseña que: el fin de todos los preceptos es el amor, se sigue que el amor ha de ir delante de cuántas obras hicieses, y tales serán ellas cual sea la perfeccion del amor con que las hagas. El último santo fin que ha de tener tu amor, no ha de ser otro, ni debe ser otro que la verdad de Dios. Volun- tariamente te sacrificaré, Señor, debes decir, alma: mia, con David, y confesaré tu nombre porque eres bueno. Si amas las virtudes, ¿quién mas digno de ser amado que el Rey de la gloria y Señor de todas ellas? Si amas la perfeccion, ¿quién como el sumamente perfecto en toda clase de perfecciones? Si amas la hermosura, ¿quién como el dador de todas las hermosuras que admiramos: en el Cielo y en la tierra? Si amas el poder, ¿quién 'como:el Omnipotente que con una sola palabra saca de lainada cuanto quiere? Si amas la sabiduría, ¿quién como el que nada ignora de cuanto pasa en el Cielo, en: la tierra y en los abismos? Si amas la bondad, ¿quién como' Dios que es la bondad eterna? Verdaderamente alma/mia, que aun- que Dios no hubiera «nacido por ti, ni vivido por tí, ni padecido y muerto por ti, ni te hubiera hecho el menor de los beneficios que has recibido de sus liberalísimas manos, solo por ser quien es le debes amar; porque el

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