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'DIA DÉCIMO. 351 él con la consideracion, y procuremos sacar de ella el fruto que debemos. Dios nos juzgará. ¡Verdad terrible! ¿Y qué forma de juicio observará Dios con nosotros? ¡Verdad es- pantosa! Antes que se verifique, tratemos de juzgarnos á nosotros con rigor, y Dios nos juzgará con misericordia. A ella apelamos ahora, Dios de piedad y de clemen- cia, poniendo por nuestra abogada é intercesora á vues- tra purísima Madre. No nos desampareis, refugio de los pecadores y esperanza de los justos: á vos acudimos los miserables hijos de Eva, gimiendo y llorando nuestras debilidades en este valle de lágrimas. No nos desampa- reis, ¡oh Santísima Vírgen María madre de Dios! ahora ni en la hora de la muerte, ni en el tremendo juicio del Señor, de que voy á hablar á estas venerables Religiosas. No pretendamos lisonjearnos á nosotros mismos con la pureza del hábito que vestimos, ni con la santidad que exige de nosotros, y que al parecer demuestra la profesion monástica que abrazamos, ni con los innume- rables medios de perfeccionarnos que en ella tuvimos. ¡Ay de mí! Todo esto no nos exime del juicio, todo esto hará precisamente nuestro juicio mas severo: Omnes 205 manifestari oportel, decia el Apóstol San Pablo. No solo los seculares relajados: no solo los mundanos vicio- sos y desordenados comparecerán delante de Dios; tam- bien las personas religiosas seremos presentadas: Omnes nos. Sí, Señoras, todos y todas, buenos y malos, tibios y fervorosos, pues de todo se halla en las congregacio- nes religiosas: Omnes. De todo se halló en el Cielo: An- geles buenos y. fieles, y Angeles malos y apóstatas: de todo se halló en el Apostolado: Apóstoles huenos y San- tos, y un Apóstol malo, traidor y réprobo. Fijemos nues- tra consideracion en una religiosa tíbia, cobarde, im- perfecta, poco cuidadosa de sus obligaciones, descuidada acerca de su adelantamiento espiritual y sobre la perfec- cion monástica, y caminemos al tremendo juicio de Dios con ella vestida con su propio hábito que demostrará to- das las obligaciones de su estado. Pongámosla postrada,
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