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DIA” NOVENO. 321 Er Señor bajó del Cielo para encender su divino fue- goen-la- tierra, y desea, quiere y manda que 'ardan nuestros corazones en él. ¿Seremos tan insesatos que re- sistamos á su calor transformándonos en hielo? ¡Ay! No era esta:la: conducta de los hombres justos de todos los siglos, Pasad en silencio las peligrosas batallas de las vírgenes en defensa. de su pureza, las fatigas de lós sa- bios confesores para enseñar á los fieles los dogmas: dela f6 y los preceptos de las costumbres: el infatigable celo de los Apóstoles para promulgar el Evagenlio en todo el mundo: aplicad por ahora vuestra atencion á los Santos mártires, y en su conducta admirable percibireis con toda claridad su-teson y constancia en no dejar de amar ni aun por solo un momento aquel Señor que con caridad perpétua nos amó: ved poruna parte irritados los tiranos, crueles los verdugos, encendidos los: braseros, embrave- cidas las fieras y desembainadas las espadas: mirad por otra:los estanques helados, las ruedas armadas de cuchi- llos, los gárfios acerados, las uñas de hierro, las catastas, los ecúleos, el plomo derretido, el aceite hirviendo; las varas, las correas, los calabozos hediondos y oscurísimos, con otra multitud de tales tormentos que la imaginacion se estremece con su memoria: vedlos todos preparados para emplearse con el mayor rigor y crueldad en niños inocentes, en doncellas delicadas y de pocos años, en an- cianos venerables, en Religiosos ejemplares, en Sacerdo- tes puros, en Obispos santos; y que solo se exige de ellos que por un instante dejen de amar á su Dios, doblen las rodillas delante de sus-ídolos, y les ofrezcan incienso para librarse de aquel inmenso cúmulo de horrores, y verse Menos de riquezas y temporales felicidades. ¡Y qué! ¿Los Santos mártires balancean entre el temor de perder la vida con tan atroces tormentos y la esperanza del galar- don eterno? ¿Obedecen? ¿Idolatran” Nada ménos, venera- bles Religiosas: el fuego de su constante amor á Dios apaga las aguas de tantas tribulaciones, amansa las fie- ras, despedaza las ruedas, embota las espadas y cuchillas,