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308 EJERCICIOS ESPIRITUALES. tar los peligros que en la salida de sus monasterios _po- dian acontecerá las Religiosas, pero estaba reservado para el sacrosanto Concilio de Trento el llevar este punto á su mayor perfeccion (1). Renovando la constitucion de Bonifacio VIH. de que hemos hecho mencion, manda á todos los Obispos de la cristiandad por el terror del juicio de Dios, y bajo la conminacion de la maldicion eterna, que hagan observar á las Religiosas la mas inviolable clausura en donde esté ya establecida, y que se establez- ca.en donde no lo estuviere, sea en los Monasterios de su jurisdiccion ordinaria, sea en los que están sujetos á los Regulares, obrando en éstos con la autoridad de la Sede Apostólica: compeliendo y precisando á los inobe- dientes y rebeldes con censuras eclasiásticas, é imploran - do cuando fuere menester el auxilio del brazo secular. Y exhorta el santo Concilio á todos los Príncipas Cristianos que presten este auxilio que por los Eclesiásticos se les pida, y manda á todos los magistrados bajo la pena de excomunion 2pso facto incurrenda, que así lo cumplan. A ninguna, pues, de las Religiosas sea lícito despues de su profesion salir de su monasterio ni aun por breve tiempo, dicd el santo Concilio, por ningun pretesto, sino cuando hay justa causa que debe ser conocida y aprybada por el Obispo; derogando como. derogamos todos los in- dultos, concesiones y privilegios contrarios á este decreto. Asímismo declaramos que á nadie le es lícito entrar en la clausura, de cualquiera edad que sea, de cualquiera grado, condicion ó sexo, sin licencia obtenida por escrito del Obispo ó del superior del monasterio, bajo la pena de excomunion mayor, en que deben considerarse incursos los contraventores por el hecho mismo de entrar sin la mencionada licencia. Pero entienda el Obispo 6, el supe- rior que fuere, que solo puede dar este permiso en los ca- sos de necesidad, y no de otro modo, aunque sea bajo el (1) Ses. 25. cap. 5. de Regularibus per totum.