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DIA NOVENO. 307 hechor? Serias ciertamente un mónstruo de ingratitud si así no lo hicieras. Y á Dios que no solo te hizo aquel pequeño beneficio, sino innumerables y mayores, é: in- comparablemente mas preciosos, ¿se le olvidará? ¿Se- le desobedecerá? ¿Se emplearán los mismos dones «contra el mismo bienhechor? ¿Cómo no os desplomais Cielos sobre una conducta tan criminal? Tierra, ¿cómo no te ¿bres para castigar'en tus abismos un proceder tan infame? ¡Dios inmortal, compadeceos de mi ceguedad, de mi ig» norancia y miJdocura! Sobreabunde la gracia donde abun- dó la culpa; y triunfe al fin vuestro amor de mi rebelde Corazon. EXÁMEN PRÁCTICO. SOBRE EL VOTO DE LA CLAUSURA. Por todos lados son grandes nuestras obligaciones, venerables Religiosas, y es menester pedir á Dios, como lo hacia el “anto Job, que nos dé á conocer los' defectos que en todas y en cada una hubiésemos cometido, para enmendarnos de ellos con el auxilio de su gracia: Scele- ra mea el delicta ostende miht. Aunque pasaron muchos años y tambien dilatados siglos en que vivieron santísimamente innumerablés Re- ligiosas sin la observancia de la clausura, ya asistiendo ú los enfermos, ya hospedando á los peregrinos, ya con- curriendo á los hospitales, ya doctrinando las niñas ó en otras ocupaciones dela caridad, dela beneficencia y otras virtudes; desde el tiempo en que gobernó la santa Igle- sia el Señor Papa Bonifacio VIII, se mandó observar con toda exactitud y rigor (1). Ya los santos Concilios Car- tag. 3." Cabilonense. 2.” Lugdunense. 3.” Matisconense, y otros la habian recomendado estrechamente pará evi- (1) In cap. Periculoso, único de statu Relig. in 6.