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A mm A | e Pm mp: mia 298 EJERCICIÓS ESPIRITUALES. en los tiempos de tentaciones, ocupaciones fatigosas, y oficios trabajosos que distraen: todo lo quieren hacer estas almas; pero atropelladamente y con imperfecciones: amor, eñ fin, de principiantes y de niños: amor impetuoso y que hierve como el mostó, arrojando el vaho ó tifo de vino, nuevo y sin cocer. Así loconfesaba San Pablo, cúlai- do decia: cuando yo era niño en la yirtud, pensaba como niño, hablaba como niño, y sabia como niños: despues que la gracia de Dios me robusteció, ya dejé todás aqu8- llas niñierías; pero así cómo la naturaleza ha ¿riadó vá: riedad de aliMientos, unos mías suavés y de fácil diges- tión, otros más sólidos y súustanciosos, según '1ás edades y compléxiones de las criatúras; también 14 Divina Pro- videricia proporciona sús consuélos Y suS'érticós; segun la delicadeza ó robustéz de los espiritús, dando 4108 prin- cipiantes consuelos sensibles, lágrimas dultes, ternurás afectuosas y devociones agradables, pára qué olviden el mundo y sus placeres, para que no desmayén en: el ca- mino de Dios, y espéreñi cón tan favorables priñicipiós tinos, fines mas ventajosos y apreciables. EStó quería decir San Pablo duando escribiendo 4 los fieles dé Coriñito 1es decia: yo he proporcionado de tal manera mi doctrina qué como 4 parvulillós en Cristo os la he dado 4 “beber como suave y dúlce leche. Es ciertamente éstá “na cosa digna del mayor aprecio, porque fortificada una” alma con estas gracias (ue experimenta, aborrecé el Mmúñdo, sus placeres, sús galas, “sus riquezas, sus diversiones, que ántes tanto amaba; y ama la cruz y el padéter que ántes tanto aborrécia. Cuaudo alguná dé sus pasiónes' que pa- recen dormidas por algún tiempo; despierta, y la hace ¿guerra á esta alma, ¡con qué fuerza echa mano de-la mortificación para rebatitla, véenterla: y sújetarla! Das disciplinas mas sángrientas le dan más alegria que todos los contentamientos que habia experimentado en el siglo: los ayunos rigurosos son su mas apetécible comida: los silicios mas penetrantes su vestido mas ámado: la dúra cama, el corto sueño; y en una palabra, todas lás pena-