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DIA OCTAVO. 291 PLATICA SOBRE, EL AMOR DE DIOS. h $ h Í 6 o ARA Í Diliges, Dominum Deu ds; vol Lue. Cap.. 10. Confieso, con toda.ingenuidad, ¡venerables Religiosas, que si/en/algun: dia deberia. yo tener el :espiritusde' Saw Bernardo, de:San¡ Buenaventura; dde.mi . Seráfico Padre San Francisco, ó de San Felipe Neri, que.no : solo ¡ama ban, sino, quese j¡abrasaban y ardiam en vivas: lamas del diyimo amor;.es seguramente:sen éste dia en! que pienso hablar del amor que debemos tener, 4/muestro ¡amable Dios, nuestro Criador,.auestro. Redentor,y nuestro: conser vador,' nuestro único y sumo: bien. ¿Ls posible que haya yo de, tener un corazon tan tibio, tan frio y tan. helado, cuando pretendo, hablaros de la mayor de todas lab virtu- des, del acto mas heróico del corazon bumanoyde la o0ed« pacion mas meritoria de una alma en esta vida, esto es, de la caridad, de la santa dileccion que Dios nos manda? Teresas de Jesús, Gertrudis de Islebia, Marías Magdale- nas prestadime vuestro. amor, eomunicadme los :enceñdi- dos: deseos. de vuestro corazon; «dadme. vuestros) suspiros, vuestros aíectos! y. vuestras lágrimas; pues: de: otra suerte mal. podrá. hablar del .amor'!el que;-no:.ama, decia Nan Bermardo. No hallo. mas consueto que'el de intimaros el primero; el.mayor de todos los. mandamientos: del Señor: Dibiges Dominum Dewm tum. No,encuentio as alivio que el de persuadirme, que. el sespiritu de.Dios;abrasará vuestros corazones piadosos y tiermos en' su' amor, aun cuando yo.no . hable de élen está tarde y mañana, con la perfeccion que, seria conveniente y necesatio- que 'yo hablase.