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DIA OCTAVO. 2711 nar pecados | diciéndoles con terminantes palabras: re- cibid el Espiritu Santo, para que los pecados que “perdó- neis:les sean perdonados; y los que no perdoneis queden bin¡ser perdonados. Accipite Spiritum Sanctum... ¡Asóm- brosa potestad!”¡ Jurisdiccion admirable -que'-admiran cuantos atentamente lo consideran! [Es una verdad eterna, venerables Religiosas, que los Apóstoles, los Obispos sucesores suyos “en la jurisdiccion, y: los sacerdotes, 4'quienes se les señalan por los Obispos las personas en quienes deben ejercitar esta divina po- tebtad, duando 'absuelven: 4 los penitentes “verdadera- mente contritos de sus pécados, estos quedan“perdonados delanté 16 Dios por graves y enormísimos que'sean. Ved aht instituida por Jesucristo la confesión sacrameñtal, 4 diferencia de la confesion mental que"éra absolutamente necesaria en la ley natural; desde Adan hasta Moisés, y distinta de la confesion ceremonial que prescribia la ley escrita; desdée Moisés hasta Jesucristo. En todas ha' sido un requisitoréesencial para “el perdon de los pecados Ta contricion; el dolor sobrenatural, el sentimiento,“la póna de haber ofendido 4 Dios, la detestacion del pecado co- metido contra Dios, y:el propósito de no volverle 4 come- tef y de satisficer:4 Dios con frutos dignos de peniten- cia! ¡Sin ésta disposicion ¡de parte de los penitentes, ja- más se le han perdonado á ningun pecador 'sús culpas, ni len la ley natúral; ni en la ley escrita, ni en la ley evangélica. En las dos primeras, se 'confesaban'los pe- cádores -4'soló Dios; con las mencionadas disposiciones. Esto vemos con 'la: mayor claridad en estos y'otros cla- mores en que se exhalaba'su corazón afligido: -A' tí solo pequés'obré;mal contra tí, mi Dios, decia David: todas las moches regaré mi-cama' con lágrimas: Jávamó mias'y mas de mis iniquidades: repasaré con amargura de mi alma todos los años de mi vida, decia Isaías, y arrojaró de: mi corazon todas las culpas conque te ofendí. Tened, Señor, piedad; y 1isad de misericordia cor éste “pecador, decia 'el Publicano. Ved ahí las-confesiones que justifica