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268 EJERCICIOS ESPIRITUALES. guna las pagó por mí, y otras semejantes?... ¿Si en las necesidas religiosas os inquietais por no ser tan pronta- mente socorridas, y mandais con imperio y altanería, como los grandes poco sufridos del mundo?... ¿Si en la comida, en el hábito, en la celda, en la enfermería ha- ceis de las delicadas incomodando á todas por no estar la comida, la ropa, las medicinas, segun vuestro capricho, ó antojo”... ¡Felices las Religiosas que viven en perfecta vida comun! ¡Qué fácil es entre ellas observar la pobreza evangélica y ¡monástica! Pero ¡ay qué difícil es guardar este voto donde no solo no la hay, sino que se repugna y resiste! Examinad por último todas las cosas que usais, y considerad ¿si teneis verdadera necesidad de ellas y ver- dadera licencia?,.. Pensadlo bien que es cosa de grandí- sima importancia. Si falta la necesidad de tenerla y la licencia para usarla, se falta al voto y se arriesga. la sal- yacion..No nos engañemos á nosotros mismos. MEDITACIÓN SEGUNDA, Que debemos amará. Dios por los males de que nos ha librado. ' Si las meditaciones de tantas mercedes como te ha he- cho el Señor no han conseguido en tí, alma .mia, que ames á tan magnífico bienhechor, ámale ahora siquiera por los innumerables males de que te ha librado, y en que incurrieron otras. criaturas como tú. Conviértete, pues, alma mia, á tu Dios y tu Señor, y como horno en- cendido arde en llamas del divino amor, porque te libró de la muerte eterna, del infierno y de sus perpétuos llan- tos 6 innumerables tormentos. ¡Oh esposo de mi alma, y Dios de mi corazon! ¿qué pude yo merecer ante tu Divi- no acatamiento antes de tener «ser, para que con tanto cuidado me quisiéseis prevenir, anticipándote con las mercedes sin, cuento que me hiciste, guardándome de tantos males? Todo se ha de atribuir á tu. gracia y hon»