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12 EJERCICIOS -ESPIRITUALES. entónces cuando .hacia llover fuego del cielo sobre los quincuagenarios: entónces mandaba á las nubes que ne- gáran el agua á la tierra, y las prescribia el tiempo de su obediencia. Cuando los Apóstoles de Jesucristo salie- ron del retiro del Cenáculo, en que recibieron los dones del Espíritu Santo, entónces, sí Señoras, entónces mis- mo aquellos hombres ántes tímidos, cobardes, incrédu- los, ignorantes y ambiciosos, aparecieron revestidos de un nuevo espíritu; y llenos de fé, de humildad, for- taleza, paciencia, caridad y celo, llevaron el Evangelio de Jesucristo hasta los extremos de la tierra, ¿Mas para qué será fatigar nuestra memoria con los recuerdos de estos antiguos prodigios? Abrid los ojos, y los vereis en nuestros dias, ¿De dónde la conversion ilustre de aquel se- glar, ántes vicioso en su pueblo + y ahora virtuoso y edi- ficante? De los santos Ejercicios. ¡De dónde la vida ejemplar de aquella mujer, que ántes era el tropiezo de cuantos la miraban? De los Ejercicios. ¿De dónde el retiro á un austero cláustro religioso de aquel jóven bullicioso é inquieto; de aquella doncella demasiado libre en sus modales, demasiado inclinada álos atavíos y adornos de su cuerpo, y demasiado propensa á las diversiones del siglo? De los santos Ejercicios. ¿De dónde la regularidad, la observancia en aquella comunidad ó en aquellos particu- lares, que ántes se presentaban al pueblo sin probidad ni costumbres? ¡ Ay, Señoras! Es menester confesarlo para gloria del Señor, y eterna bendicion de la fuerza de su gracia: de los Ejercicios :"de los santos Ejercicios espiri- tuales, tenidos con un fin recto, en el tiempo más opor- tuno, y con las liciencias competentes. Venid, pues, venerables Religiosas, venid, entrad en ellos con deseos de aprovechar. La razon convence su necesidad, la autoridad persuade su utilidad, y la expe- riencia demuestra su necesidad y su ntilidad. Venid, os diré como Jesucristo á sus Apóstoles: Venite seorsum, el requiescile pusillum. Retiraos de las ocupaciones exte- riores y trabajosas de vuestros oficios; para vacar en la