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260 EJERCICIOS ESPIRITUALES. sideracion de nuestra bajeza, y el conocimiento de que merecíamos estar en el infierno por nuestras culpas; ved ahí un acto de profundisima humildad: vamos al coro... pero no nos hagamos interminables. ¿No advertís la ma- ravillosa multiplicación y aumento de virtudes que se consigue con la pureza de intencion? Con un solo acto virtuoso de ir al coro, ¿no reflexionais tantos actos de las virtudes teologales y morales? ¿Actos de fé, esperanza, caridad, humildad, obediencia, religion, penitencia y agradecimiento? ¡Oh bondad de Dios, que nos habeis pro- porcionado tantos medios para nuestra santificacion! Mi alma magnifica tan grandes misericordias. Mi alma desea - agradaros en todas mis obras, palabras y pensamientos, y juntar un rico tesoro de merecimientos én la tierra, que se aumente y perfeccione: en el Cielo. Vos, Señor, nos lo mandais así en vuestro Evangelio: Zhesaurizate vobis thesauros in colo. Atesorad, nos decís, tesoros el» el Cielo, dirigiendo á mí vuestras obras virtuosas en la tierra: aumentando la virtud con nuevos deseos de vir- tudes, y uniendo vuestras obras á las mias para hacerlas mas meritorias para el Cielo. Este es el tercero y último requisito de la pureza de intencion. La razon natural y la experiencia de todos los dias nos enseñan que las aguas de las fuentes y Jos rios se mejoran ó malean, segun la clase de minerales ó terrenos por donde pasan: éstas se adelgazan, toman buen sabor y se purifican despeñándose de los riscos, ó filtrán- dose por las minas de oro, plata ó pedernal, y aquellas adquieren un gusto desagradable y fastidioso, ó se lle- nan de cieno, ó toman mal color al pasar por terrenos fangosos, azufrosos, ferruginosos. A este modo podemos considerar nuestras acciones. Si pasan por las minas ri- quísimas de las llagas de nuestro amáble Salvador, el contacto y union con aquellos méritos infinitós' las me- joran, dignifican y perfeccionan; pero si pasan por entre los respetos humanos, los propios intereses de honra, pla- cer ó conveniencia, ó por nuestra terquedad :ó capricho,