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DIA SETIMO. 255 estimen: y á estimar 4 las criaturas com desagrado del Criádor, mirándola como injusta, camo vana y como nociva, ho esperemos ver en nosotros tua intencion del todo recta. La he Mamado injusta, porque habiéndonos rébelado contra Dios, por la culpa, no merecémos que Tas cridttiras nos estimen: la he llamádo vana, porque elle ciertameñte no puede darnos bienes sólidos y permaneñ- tes, sino cuando mucho algunos 'consuelos aparentes y E dura blés ; y por último llamé tambien nociva 4 esta deotifenada inclinacion 4' la propid honra, placer 9 co- modidades porque róbámos con ella la honra del Señór que debeitios procurar, y nos hurtamos 4 nosotfos tis- . íos el mérito de las buenas Obras, Dificil es, Señoras , y0 lo confieso, esta negación in: iérior: árdua es semejante empresa de renunciar en todo la propia voluntad y saciificarla por amor de Jesuctisto: es difícil vencer el apetito á las propias comodidades; es árddo hd Caer en el égoisino, que consiste en referir Ts coéas 4 sl mismo, y en buscar los propios ifitereses: asf 1ó confesába tambien San Pablo cuando decia: todos bus- can sus propias cosas, no las de Jesúctisto; pero no es “iposible + no éxtede nuéstras fuerzas sóstenidas, ayu- dadas y elevadas por la divina gracia. Coñ este divitio ausilió todo lo podemos en el que 1105 conforta, 'como han podido tantos y, tantas de nuestra mismá flaca y “débil naturaleza. de niestra misma profesión monástica, y que vivieron ex nuestra tismia compañía : ellos y ellas” Se apartáron del mal que hemos insinuado; “y elos y ellas finalmente obraron el bien haciendo todas las cosas con la mayor pureza de intencion. ¿Y bien , me pregtnta- reis, por qué actos de muestra voluntad podrémos “imi- tarlos y aun llegar á excedeHos en la perfección Y? ved ahí el asunto de esta importante plática. Quiera lá Ma- gestad divina concedernos abundantes auxilios de su Brá- cia para que yo los explique, vosotras los entendais y todos los practiquemos. Despues que nuestro amable Redentor Jess vetició