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DIA ' SETIMO. > 251 Ba'cuanto á lo segundo: examinad, ¿si “amais desor- denadaméente á alguna persona?... ¿Es por motivo de 6s- piritualidad?:.. ¿De sabiduría?... ¿De las graciás de su naturaleza?..: En todo hay peligro, si el santo temor de Dios no'os acompaña, Funestas caidas en crímenes enot- mes principiaron por una mal entendida espiritualidad. ¡Olinsensatos morádores de Galicia, elamaba el grande Apóstol: San Pablo, que empezásteis por espiritu y aca- básteis:en carne! Tan antiguoes, Señoras, y. tan poligro- so este desórdenh: Huidle cuidadosamente. ¿Se “aborrece á alguná persóna?::.' ¡Con qué motivo?..:- ¿Un qué 'objetos empleais vuestras alegrías y tristezas”... ¿Son vanos ó supérfimios, ó verdadoros y necesarios al bien de vuestra alma?..: Examinadlo todo con rigor, y sereis examina- das y juzgadas de Dios con misericordia. MEDITACION SEGUNDA. Sobre el:amor que debemos á Dios por los bienes de yracia dados á: nuestra alma. Coñsidera,:alma. mia, las misericordias grandes de Didspara contigo en- haberte adornado no solo con tan excelentes dones de naturaleza, sino mucho más con los bienes inéstimables de la divina gracia. Dios te 'propor- dio nái cof ell a: nas alto set y mas elevada dignidad. Diog no solo:te.dá la superioridad sobre todas las aves, frutos, animales y peces: Dios no solo te concede el sol pará que te-alumbre, la tierra paraque te sustente, y las demás criaturas pára que te sirvan; sino que con su gracia te dáuda prendá segura de las riquezas de su gloria: te adorna inaravillosamente para que le parezcas hermosa ex su'presencia; y te constituye su heredera, su hija y su: ¿mada esposa. Sin esta gracia, todos los bienes de na- turaleza. con que te adornó en tu creacion, no te harían mas que distinguirte en algo de las bestias de la tierra; mas no te darian derecho alguno á la felicidad eterna y