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DIA SEXTO; 229 universal aun en el uso de todas ellas: una alma de esta clase vive pacífica con el testimonio de su buena con- ciencia; es un objeto de veneracion, de ternura y de amor á todos sus prójimos, y entregada suave y fuerte- mente en las manos de su Dios, se deja conducir tran- quilamente de su adorable providencia. ¡Qué felicidad! ¡Qué dicha, venerables Religiosas! Permitid que postrado en espíritu delante del Eterno os dirija estas admirables palabras de San Pablo sobre nuestro asunto: XKxhortamint, idem sapite, pacem ha- bete, et Deus pacis erit vobiscum (1). Exhortaos mútua- mente á la observancia de la paz: tened todas unos mis- mos pensamientos, y el Dios de la paz y del casto amor estará con vosotras; sereis su pueblo escogido, sereis sus delicias, sereis sus amadas esposas : sereis su templo y su tabernáculo, sereis el mas dulce objeto de su santa dileccion. Xt Deus pacis et dilectionas erit vobiscum. El Dios de la paz, continuaré diciendo con San Pablo, os: la conceda sempiterna en vuestra alma, en vuestro cuerpo, en vuestro monasterio , en vuestro trato de unas con otras, en vuestras oficinas, en todo tiempo y en todo lugar: Zpse autem Dominus pacis det vobis pacem sem- piternam (2) ¿in omnt. loo. El Dios de la paz destierre para siempre de vosotras las desobediencias á sus divinos preceptos, las aversiones con vuestros prójimos, las in- quietudes y perturbaciones con vosotras mismas; para que viviendo piadosamente con Dios, justamente con el prójimo y sóbriamente con vosotras, seais un modelo de perfeccion en la tierra y logreis un premio eterno en el cielo. Así sea. (1) Ep. 2. ad Corinth. cap. 13 y. 1Í. (2) Ep. 2. ad Thesal. cap. 3. y. 16. 16
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