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216 EJERCICIOS ESPIRITUALES. tinentes?... ¿Acostumbramos á mortificarla aun en.las cosas licitas, para ofrecer á Dios este sacrificio, y poner- nos mas distantes de fijarla en las cosas prohibidas?... ¿sta mortificacion es muy provechosa para el alma, y nada perjudica á la salud del cuerpo. Con el sentido del oido escuchamos la palabra de Dios anunciada por sus ministros, las divinas alabanzas que se cantan en el coro, los consejos que nos dan los confe- sores , y los mandatos ó encargos de las preladas; ¿pero le empleamos en esto?... ¿Sentimos mas deleite en és- cuchar las novedades del siglo? ; Gustamos de ser alaba- dos, adulados ó escuchados en nuestros defectos? ¿Nos acostumbramos á estar siempre de burla y de pasatiempo sin la compostura y gravedad propia del estado religio- só”... ¿Oimos con gusto los defectos de las preladas y súbditas, sean verdaderos ó figurados?... ¿Escuchamos con pena las alabanzas de las demás hermanas?... ¿Mos- tramos desabrimiento en nuestras palabras ó acciones, cuando nos corrigen nuestras faltas? ¿ Escucham os con enfado las pláticas espirituales; y edificantes.en los lo- cutorios ó entre las demás Religiosas?... ¿Qué provecho espiritual hemos sacado de la palabra de Dios que tantas veces hemos oido? ¿Hemos reido, burlado, remedado. ó ridiculizado las acciones 6 el estilo de algun predica- dor?... Nada pierde el agua de su hermosura porque el vaso sea feo; bebamos el agua de la doctrina. Esto es lo que necesitamos, y no pongamos todo el cuidado en el conducto por donde llega hasta nosotros. Por lo perteneciente al sentido del gusto, examine- mos ¿si el deleite ha sido el fin de nuestra comida, ó he- mos usado de los manjares por obedecer á Dios mante- niendo las fuerzas, y empleándolas :en la mayor gloria del Señor y utilidad de nuestros prójimos?... ¿Hemos co- mido fuera de tiempo, ó con golosina, ánsia 6 indecen- cia?... ¿Nos hemos quejado por no estar las viandas á nuestro gusto?...¿ Por no habernos dado lo que quería - mos? ¿Cuántas veces nos hemos levantado de la mesa