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DIA SEXTO. 199 mí. Su voluntad es la mia, y mis deseos no son otros, sino que en mí y en todas las criaturas se cumpla la vo- luntad de Dios. ¿Podemos decir esto con verdad?... Exa- minémoslo. MEDITACIÓN SEGUNDA. Cómo Dios mostró el amor que nos tenta cuando insti- tuyó el Santísimo Sacramento. o Considera, alma mia, las palabras del Apóstol San Pablo cuando habla del tiempo en que nuestro amable Jesús instituyó la adorable Eucaristía. Nuestro Señor Jesucristo, dice el Santo, en la noche que fué vendido tomó el pan haciendo gracias, le partió y dijo: tomad y comed: este es mi cuerpo que será entregado á la muer- te por vosotros. Sí, alma mia, no solo se nos dió este Santísimo Sacramento, sino que se nos dió cuando mas lo desmerecíamos. Nunea el mundo fué tan digno del in- fierno, como cuando se le dió el manjar del Cielo, Me- recíamos una eterna muerte, y el Señor nos daba una vida eterna. Cuando el pueblo de «Israel rebelde decia á á Dios que le habia de dejar, 6 irse tras sus amadores, el Señores dice por.su Profeta Oseas que le. llevará á la soledad, ¡y le hablará al corazon haciéndole especial fa- vor y regalo. A este modo debes reflexionar, que sien- do el .mayor-de los pecados que jamás se cometieron en el,mundo la muerte del inocentisimo y santísimo Sal- vador del mismo mundo: y .mereciendo los que le cru- cificaron que la tierra se los tragara, que los abrasara el fuego temporal y eternamente, ó los aniquilara su omnipotencia; entonces, entonces mismo es cuando su.amor nos hace el mayor de los favores, y usa con nosotros. delas mas grandes misericordias. ¡Amor ge- neroso! ¡¡Amor desinteresado! ¡Amor infinito! Cuando -Dios.se nos dió en la Encarnacion, siendo Dios, se hizo , ELSA e ra PRA AA DM ' AAC S Ñ 5 cm ae Le

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