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Ad AIDA e AR e A EN 182 EJERCICIOS ESPIRITUALES. hace venerables aun á sus mayores enemigos. Cuando no hubiera en las congregaciones religiosas leyes tan estrechas que prescribiesen el silencio, bastaban estas palabras del.santo Evangelio para obligarnos á su mas pura. observancia: de toda palabra ociosa se-ha de dar cuenta en el juicio de Dios. Por:tanto, vénerables Reli- giosas, pésad .con balanzas justas vuestras palabras,, y ved si ha habido algunas ociosas en el locutorio, en los tránsitos, en las celdas, en el coro, en las oficinas, y en el tiempo mismo que Jas constituciones Jas prohiben... ¡Ay Dios! ¡Cuántas palabras hallareis inútiles.y sin pro- vecho hasta en el sacrosánto sacramento de la peniten- cia!... ¿Inútiles no mas?... Tal es la desgracia de algu- nas almas, que convierten la triaca en veneno, y el sacramento de vida en causa de su muerté eterna. ¡Oh, con cuánta razon dijo el Apóstol Santiago: vana, es la religion del que no refrena su lengua! En suma, venerables Religiosas: examinaos hoy, por no dilatarnos mas, sobre las tres virtudes insinuadas, la diligencia, la mansedumbre y el silencio, como tan ne- cesarias á vuestro estado, y mañana nos examinaremos sobre la conformidad con la voluntad de Dios y algunas otras. MEDITACIÓN "SEGUNDA. Que debemos amar á Dios por el amor.con quese qfre- ció por nosotros en la. cruz. Si la consideracion de lo que Jesucristo padece en el cuerpo y en el alma, note mueve, alma mia,. para abor- recer el vicio y practicar la virtud, muévate el amor ar- dentísimo con que por tí,, y por todo el género humano padece. Verdaderamente que la vista de los ojos descubre en el Calvario, un cuerpo vivo entre mortales agonías, y afligido con tormentos atrocísimos, y un cuerpo acom= pañado de una alma santísima , pero sumergida en un