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" 17 4 I MT n54 | 5h he Es 40 mr»: 180 EJERCICIOS ESPIRITUALES. hasta regar con ella la tierra, ¿qué haria al padecer por tantos que no le creian y le contradecian? ¡Oh fuego in- extinguible de la caridad de Dios, que no pudieron apa- gar tantas y tan abundantes aguas de ingratitudes de los pecadores por quienes padecia! ¿Serás, alma mia, tan in- sensible que no te resuelvas á ser toda de aquel Señor que todo se dió por tí? Piénsalo bien, y resuélvete. EXÁMEN PRÁCTICO SOBRE VARIAS VIRTUDES. Justo es, venerables Religiosas, que siendo tantas nuestras obligaciones, sean tambien muchos nuestros cla- mores al Cielo para recibir la gracia de conocerlas y cum- plirlas. Justo es, que debiendo ser las religiosas diligentes y puntuales en la asistencia 4 los actos de comunidad, llenas de dulzurá y mansedumbre en sus palabras y accio- nes, adornadas del santo silencio que sobremanera con- decora las comunidades religiosas, y enteramente con- formes á la voluntad de Dios; justo es, vuelvo á decir, que pidamos como el Santo Job á su divina Magestad que nos manifieste los defectos que contra estas virtudes hubiésemos cometido. Scelera mea et delicta ostende miht. Es la diligencia una virtud que inclina y acom- paña al alma, para que desterrando la pereza acuda con prontitud y santa alegría al cumplimiento de sus obli- gaciones. Es muy estimable en todas las Religiosas, pero muy particularmente esa de aprecio en las ancianas, en las condecoradas, en las preladas, y en todas aquellas á quienes ilustra su nacimiento, sus servicios hechos á la comunidad ó sus talentos. No hay cosa mas edificante que ver una Religiosa debilitada por sus años, fatigada por sus enfermedades, condecorada por sus oficios, acu- dir la primera al coro, á la bendicion de la mesa, á la oracion, y á los demás actos de comunidad. Examinaos por tanto, ¿si en vosotras se halla esta preciosa vir-