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DIA QUINTO. 165 ancianas, 0 á otras cualesquiera Religiosas que están ha- blando? ¿Se contradice con terquedad y.obstinacion á las opiniones contrarias”... ¿Se burla, se moteja, se dá vaya á alguna hermana, aun cuándo consta el senti- miento que se la causa?... ¿Se rie fuera de tiempo con extraordinario estruendo ó ademanes fastidiosos?... ¿Se hacen señas satíricas con los ojos ó la boca contra alguna religiosa?... ¿Qué modestia se observa en la grada cuando se habla con los seglares?... ¡Ay Dios! ¡Y cuánto des- acredita la conducta de una Religiosa todo desman en aquel sitio!... Los ojos licenciosos y altaneros, las accio- nes poco decorosas ó no contenidas, las palabras atrope- lladas é interminables, las conversaciones nada virtuo- sas, ¡oh cuánto se opone todo esto á la religiosa modes- tia! ¿Se observa esta virtud en el modo de comer?... ¿Hay al vestirse y desnudarse el hábito algo que sea re- prensible?... Nunca «podeis estar solas. Dios os vé, el Angel os acompaña y el diablo no anda lejos. Este tienta, el Angel bueno ilustra y defiende, y Dios premia ó cas- tiga segun el mérito ó demérito de las personas. ¡Verdad grande! ¿Pero qué debemos esperar segun vivimos? ¿Premio ó castigo? ¡Oh cuánto debeis considerarlo, para que ni en el coro, ni en la portería, ni en el locutorio, ni en la cama, ni en la celda, ni solas, ni acompaña- das, halle cosa el Juez Eterno que reprenderos! MEDITACION SEGUNDA. Sobre el beneficio de la redencion. Considera, alma mia, el beneficio de la redencion, y si su memoria no mueve tu voluntad para amar á tan magnifico bienhechor, mas dura eres que las piedras, que en la muerte de su Dios se partieron de dolor siendo insensibles, Ningun trabajo, ninguna molestia le costó al Señor criarnos, ni sacar de la nada toda esta hermosa máquina de los Cielos y la tierra. El lo dijo, y todo fué 12

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