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DIA TERCERO. 113 las cosas santas?... ¿Las Confesiones ?... ¿Las comunio- nes?... ¿La oracion?... ¿La presencia de Dios?... ¿El Di- vino Oficio?... ¿Cómo se corresponde á sus inspiracio- nes?... ¡Oh qué cargo tan terrible para una Religiosa! ¿Cómo se emplean vuestros talentos en el acrecentamien- to de su gloria?... ¿Dais con vuestra vida. morigerada honra y estimacion al hábito que vestis? ¿O infamais vuestra congregacion religiosa con una vida relajada, * y mada edificante para con vuestras hermanas, y para con los seglares?... ¿Si os hubiérais quedado en el siglo, lograríais ni siquiera la mitad de estimacion, reveren- cia y “aprecio por vuestra casa, que ahora teneis por vuestro" hábito religioso?... ¿Cómo correspondeis-á un beneficio tan singular?... ¿Cómo obedeceis á vuestras preladas?... ¿Cómo respetais 4 las ancianas?... ¿Cómo tratais á vuestras iguales é inferiores en la comuni- dad?... ¿Cómo se asiste á las enfermas?... ¿Cómo se instruye á las novicias?... ¿Cómo os manejais en las elecciones?... ¡Ay Dios, y qué obligacion tan grande! ¿Se elige á la mas benemérita para el oficio?... ¡La mas á propósito, miradas todas las circunstancias”... ¿0 se trata de sostener el espiritu de partido á costa de la ra- zon, de la justicia y de la divina ley”... ¡Oh juicio du- risimo para las que de esta manera reprobada se mane - jan! La templanza es una virtud que modera y regula las pasiones y los sentidos en las cosas que apetecen, po- niendo el órden en todo, para: que el cuerpo obedezca al espíritu, y este á Dios. ¡¿Examinaos como os portais en comer, beber, vestir, dormir, y huir de la ociosidad?... ¿En el uso de los sentidos hay algun desórden? ¿En vosotras, ó en otros?... No os equivoqueis, ¿Qué órden se observa en los oficios del alima?... ¿Un el saber noveda- des del siglo?... ¿En inquirir la vida de las otras Reli- giosas?... ¡Ay Dios, y de cuántas cosas debemos exa- minarnos!

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